Aleja el peligro que todavía no ha emergido
“Aleja el peligro que todavía no ha emergido” es un viejo proverbio veda que menciona Ellen Langer, profesora de la Universidad de Harvard, en uno de sus libros Mindfulness. La atención plena. Langer viene a referirse a la capacidad de captar las primeras advertencias de un problema y para ella, es importante estar alerta a la nueva información, a las sutiles desviaciones de la manera en que las cosas suceden normalmente. Si captamos esas desviaciones inesperadas, propias e incluso inherentes a todo proceso, las podemos tener en cuenta y direccionar y convertir esas desviaciones en algo positivo y de provecho. Esas desviaciones forman parte de la naturaleza de todo proceso y lo importante es estar alerta a su previsible aparición.
Lo que Langer se puede relacionar con el “síndrome de la rana hervida”, también conocida como la “parábola de la rana hervida”. Esta analogía viene a decirnos que, si metemos una rana en una olla de agua hirviendo, intentará salir de un salto y salvarse. También sucederá lo mismo si aumentamos la temperatura súbitamente, de forma brusca. Si la colocamos en la olla con agua fría o a temperatura ambiente, la rana se moverá con comodidad. En cambio, si empezamos a elevar la temperatura de forma gradual (al parecer la velocidad de calentamiento de la temperatura del agua debe ser menor a 0,02 grados Celsius por minuto), la rana no hará nada especial e ira acostumbrándose al calor hasta quedar cada vez más aturdida, sin fuerzas para salir de la olla y muriendo de forma irremisible.
La rana es capaz de reaccionar ante cambios rápidos y bruscos en el medio ambiente, pero no es capaz de tomar consciencia y, por tanto, de reaccionar a los cambios lentos y graduales. En ocasiones, nuestro comportamiento se parece a la rana y somos incapaces de ver los cambios lentos y graduales, siendo solamente sensibles y capaces de observar los cambios rápidos y bruscos. No tomamos consciencia de los cambios lentos y sutiles y dejamos de prestarles atención y no reaccionamos y nos quedamos sin la oportunidad de dar una debida respuesta a las señales de cambio.
Es muy posible que esas desviaciones sean producto de alguna información que no hemos tenido en cuenta y si estamos alerta las convertimos en oportunidad al ser revisadas.
Esto siempre va a suceder, en el sentido que difícilmente podemos manejar toda la información y en el supuesto que podamos y sepamos recopilar toda la información, nos va a llevar a un coste de tiempo importante, y posiblemente nos va a llevar a ir demasiado tarde a un mercado altamente competitivo. En palabras de Bill Gates: “Si tienes suficiente información para hacer un plan de negocio de tu idea, es que ya es demasiado tarde”.
Muchas de las metodologías que se aplican hoy día en las organizaciones contienen de alguna manera el pensamiento de Bill Gates, es decir, se invita a la experimentación como forma de identificar los fallos y aplicar las mejoras significativas, para finalmente evolucionar y desarrollar la idea o la propuesta inicial.
Para el buen éxito de estas propuestas se requiere, entre otras cosas, lo que habla Langer, la capacidad de darnos cuenta de las desviaciones y sutilezas y para ello necesitamos de:
- Estar en un estado de apertura a lo nuevo e imprevisto.
- Tener el foco en el proceso por encima del resultado.
- No desvalorizar los pequeños cambios.
- Soltar tus certezas.
- Estar abierto a lo inesperado.
- Dejar de actuar automáticamente.
Y ya sabes, si no haces esto, puedes como la rana hervida sucumbir víctima de los pequeños cambios.