Es determinante saber desde donde miramos a l@s dem@s, desde la apreciación, la empatía o la compasión, o con arreglo a la desvalorización, la crítica o la incomprensión o simplemente desde el desconocimiento o la ignorancia (“ausencia de mirada”).
El psicoterapeuta y profesor de la Universidad de Stanford Irvin Yalom lo llama “mirar por la ventana del otro” y así lo explica en su libro El Don de la terapia:
“Tuve una paciente quien, durante toda su adolescencia, había estado enfrascada en una lucha larga y amarga con un padre duro y negativo.
Deseando alguna forma de reconciliación, esperaba con ansia el momento en que su padre la llevara en coche hasta el colegio, momento en que ella estaría a solas durante horas.
Pero el viaje tan esperado resultaba un desastre: su padre se comportaba fiel a su modo de ser y se pasaba todo el tiempo refunfuñando sobre el arroyo feo y lleno de basura que había al lado del camino.
A su vez, ella no veía basura alguna en el hermoso arroyo rústico y virgen. Y, como no encontraba modo de responderle, al final terminaba por callar y pasaron el resto del viaje sin mirarse, cada uno con los ojos vueltos para su lado.
Más adelante ella hizo ese viaje sola y se sorprendió al notar que había dos arroyos, uno a cada lado del camino. ‘Esta vez yo conducía -dijo con tristeza- y el arroyo que veía por mi ventana del lado del conductor era tan feo y estaba tan contaminado como lo había descrito mi padre’.
Pero para cuando aprendió a mirar por la ventana de su padre ya era demasiado tarde: su padre estaba muerto”.
La pregunta es: ¿Desde qué ventana voy a mirar a quienes hoy me ENCUENTRE?
Este video refuerza la idea de lo que pretendo transmitirte: ¡Estate atento a tu mirar cuando lo observes y “leas”!
https://www.youtube.com/watch?v=cD1nkJXeMMo