Tal Ben-Shahar toma la idea de “hermosos enemigos” de un ensayo sobre la amistad del filósofo estadounidense Ralph Waldo Emerson. El concepto hace referencia a aquellas relaciones, que te provocan, desafían y cuestionan, con una mirada siempre apreciativa.
El “hermoso enemigo” no nos dice aquello que nuestro ego quiere escuchar, más bien al contrario, nos expresa, con honestidad y sinceridad, lo que puede herir a nuestro ego.
Desde un equivocado y malentendido pensamiento positivo se considera que una buena amistad se sostiene, en esencia, por comunicar lo bello, lo hermoso, lo positivo, dejando de lado lo conflictivo, el error o el desacuerdo, quedando fuera todo espacio de aprendizaje.
Me he dado cuenta del valor de tener “hermosos enemigos” y admito que muchas veces, no he sabido apreciar la autenticidad y sinceridad que estas amistades me ofrecen y aportan. Hoy me rodeo de forma más intencionada de “hermosos enemigos” que me ayudan a seguir avanzando y aprendiendo.
Y es que como dice Mario Benedetti “De eso se trata, de coincidir con gente que te haga ver cosas que tú no ves. Que te enseñen a mirar con otros ojos”.